Última actualización el 2020-10-03
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Uno de los principios fundamentales del camino espiritual es lo que se conoce como el «despertar de la consciencia». Esta frase repetida con ligeras variaciones a lo largo de la historia siempre se escucha como una invitación novedosa, algo que «está surgiendo en los tiempos actuales». Tal vez la referencia popular más reciente de esta expresión proviene de la famosa película “The Matrix” de Lana y Lilly Wachowski, que por cierto ya cumplió 20 años de su estreno. Pues como recordarán, allí el protagonista cuyo nombre “Neo” es un anagrama de “ONE” (Elegido) y “Nuevo”, se embarca en la búsqueda de la respuesta a la pregunta “Qué es la matriz”.
Más adelante, por supuesto se encuentra con su respuesta y resulta que “The Matrix” no es nada más ni nada menos que un sistema de control que las máquinas han construido para mantener dormidos a los seres humanos mientras nos utilizan como fuentes de energía para alimentarse.
La historia termina entonces cuando Neo, después de desconectarse de la matriz, aprende a hackear, por así decirlo, el código de la matriz y es capaz de reinsertarse en ella para liberar a la humanidad esclavizada por las máquinas.
Como muchos de ustedes saben, Las hermanas Wachowski son famosas por su pensamiento místico y filosófico. No es casualidad que The Matrix esté llena de símbolos religiosos y esotéricos como los nombres de los lugares y protagonistas, además de la historia. Pues las Wachowski construyeron gran parte de este mundo espectacular de Matrix con base en conocimiento espiritual de varios orígenes, pero sobre todo un texto filosófico escrito por Jean Baudrillard llamado “Simulacro y Simulación”. También estudiaron psicología evolucionaria y misticismo hindú, pero sobre todo del libro de Baudrillard que se centra en el tema de la autenticidad del mundo físico, cuestionando que lo que vemos a nuestro alrededor sea la verdadera realidad.
De ahí que muchas corrientes espirituales, sobre todo de la nueva era han adoptado el concepto de la matrix y nos dicen que vivimos en un mundo de fantasía, de ilusión: maya como dicen los vedas hindús.
Entonces el llamado a despertar de un sueño de la mente, creado por clases dominantes parece reciente, pero no es así, si miramos más atrás, nos damos cuenta que este concepto es de hecho parte de la base del Marxismo y el Comunismo. En el lenguaje de la época se le decía al proletariado que tenía que darse cuenta de su papel como creadores de riqueza para la sociedad y recuperar el poder que se encontraba en manos de la burguesía o la oligarquía, que dominan los medios de producción y el capital.
Pero aún estos conceptos que provienen de mediados del siglo XIX, distan mucho de ser el origen de la inquietud por despertar la consciencia. Tal vez el origen más antiguo del que se tiene registro se trata de la Alegoría de la caverna, también conocida como el mito de la caverna, escrito por Platón hace más de 2000 años.
La Alegoría de la Caverna
Platón describió,4 en su alegoría de la caverna, un espacio cavernoso en el que se encuentran un grupo de hombres prisioneros desde su nacimiento, con cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos se encuentra un muro con un pasillo y seguidamente, y por orden de cercanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la primera que está compuesta solo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc. identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente «el Sol y lo que le es propio»,5 metáfora que encarna la idea de bien.
La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la caverna para «liberar» a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que estos se rieran de él. El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del sol a la oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice que estos son capaces de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad,6 con lo que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte.
Otras visiones de la Matrix
Podríamos pensar que la figura del despertar de consciencia es exclusivo de filósofos y místicos pero no es así, la idea de que hay un orden oculto que mantiene el poder y el control sobre la sociedad y que nos tiene convertidos en sus esclavos lo podemos ver hoy en día en la política de los Estados Unidos como caballito de batalla, no de la izquierda sino todo lo contrario, de la derecha más recalcitrante que apoya al presidente Donald Trump.
Su versión de la matriz o la caverna se llama The Deep State o el Estado Profundo. Pues resulta que para una gran parte de la base republicana de Trump, los Estados Unidos han estado controlados secretamente por el “Establecimiento” de Washington, o sea las familias más poderosas como los Rockefeller, los Kock y ahora Bill Gates y Jeff Bezos. Según Infowars y otros de los portales de noticias preferidos de Trump, los Clinton son los aliados políticos de esas familias multimillonarias y su objetivo es sacar a Trump de la presidencia para volver al “status quo” y “quitarle” el poder a los Americanos trabajadores y honestos que supuestamente ganaron la presidencia a través de Trump.
Voy a mencionar otro ejemplo extremo de supuestas Matrix en el mundo y es el caso de la teoría de los Reptilianos, divulgada por el escritor británico David Icke. El señor Icke nos dice que el mundo está en realidad bajo el control de una especie alienígena de reptiles que tienen la capacidad de cambiar de forma para parecer humanos, que se alimentan de sangre, comen bebés y otras cosas más sórdidas y dominan la banca, la industria y la política. Según Icke, la familia real británica está compuesta por reptilianos y dice tener testimonios de personas que los han visto transformarse en lagartos.
En fin, podríamos seguir hablando de docenas de teorías de conspiración sobre quienes tienen el control del mundo y nos invitan a rebelarnos en contra de ese orden maléfico para ser verdaderamente libres.
Entonces, la pregunta que yo me formulo es ¿Por qué los seres humanos tenemos esa fascinación por estas teorías de conspiración? ¿Qué es lo que nos lleva a pensar en que hay una élite nefasta que se alimenta de nuestra sangre, o nuestra energía, o nuestro trabajo y nos mantiene esclavizados mientras nos distraen con las lucecitas en la pared de la caverna?
Bueno, pienso que hay sociólogos y psicólogos que habrán estudiado este fenómeno con mucha más competencia que yo, pero me voy a aventurar con dos teorías: la primera es que parte de nuestro instinto como humanos es el de formar élites y tratar de controlar y aventajar a grupos más débiles que nosotros. Dicen los sabios que lo que vemos afuera es un reflejo de lo que tenemos dentro y es muy posible que en el fondo todos tengamos ese chip de engañar y controlar listo para activarse apenas nos encontremos en la posición adecuada.
No estoy diciendo que los humanos seamos malos en esencia, porque se ha estudiado y demostrado que los humanos tenemos una tendencia innata para cooperar y formar alianzas. Sin embargo, según Sean Caroll, el autor del libro que mencioné en el episodio anterior “The Big Picture” que se podría traducir como “El Panorama General”, dice que ha habido estudios científicos que demuestran que bajo ciertas condiciones, las personas tienden a asociarse para aventajar a grupos menos favorecidos. Digamos que se trata de una adaptación evolutiva que tenemos desarrollada en nuestro cerebro que nos lleva a buscar la mayor ventaja posible para nosotros, lo cual seguramente era muy útil para sobrevivir en un entorno donde la comida era escasa y había que competir por ella a toda costa.
Ustedes me escucharán hacer referencias constantes a la antropología de nuestros ancestros cazadores-recolectores porque en mis investigaciones personales he encontrado que un gran número de fenómenos de la consciencia encuentran su origen en los cientos de miles de años de evolución que vivimos cuando comíamos carroña en las sabanas africanas y hacíamos pinturas con los dedos en las cavernas… Bueno, no es coincidencia que sea precisamente en una caverna donde se desarrolla este arquetipo del conocimiento humano!
En resumen, creemos que hay una élite que nos engaña para dominarnos porque en el fondo hay una parte de nosotros mismos que nos dice que si tuviéramos la oportunidad y el poder para hacerlo, a lo mejor engañaríamos para dominar al resto.
La segunda teoría que tengo la tomo prestada de Javier Santaolalla, un divulgador científico al que sigo desde hace un tiempo y que en un video que enlazaré en los comentarios, explica de forma muy clara por qué nos fascinan las teorías de conspiración. También es una de las conclusiones de Yuval Noah Harari en su magnífica obra “Sapiens”: A los humanos nos apasionan las historias.
Las historias son mucho más que entretenimiento, es la forma en que aprendimos a entender el mundo, a relacionarnos, a definir nuestro entorno y finalmente a crear nuestra sociedad. La religión se basa en historias que nos contamos sobre el origen de la vida, del universo, del propósito de la existencia. En fin, las historias nos hacen sentir que encajamos en un plan, en un orden y que no somos simplemente veletas que lleva el viento o peonzas que giran sin rumbo fijo.
Los estadísticos y analistas de datos comprenden el mundo como flujos de información que interactúa, se correlaciona y afecta mutuamente, pero las personas de a pie como nosotros no podemos procesar datos como un computador. Nuestro cerebro necesita una historia que le de forma a esos datos, que tenga una introducción, un nudo y un desenlace. Entonces creamos historias para explicar lo que comprendemos pero también lo que no entendemos.
Tenemos un miedo innato a las élites corruptas que nos quieren engañar y dominar y creamos historias para tratar de encajar las pocas evidencias que tenemos. Le añadimos personajes, una trama y tenemos nuestra siguiente teoría de conspiración… O nuestra próxima versión de Matrix, ¡que por cierto ya está en producción!
Conclusión
¿Pero entonces, quiero decir que no existe una matrix? ¿Que no hay necesidad de despertar la consciencia? En absoluto! Personalmente creo que sí que hay un mundo de ilusiones y engaño y que es necesario que hagamos un trabajo juicioso de observación y análisis para discernirlo e intentar escapar de él. Lo que no creo es que haya una persona, ni una familia, ni siquiera una élite que haya creado esta ilusión ni que mucho menos tenga el control sobre ella.
Tu y yo somos coautores de esta Matrix. Nuestros padres y abuelos han contribuido a crearla, pero no hay ninguna maldad en ello. Hemos creado una sociedad con ciertos valores, miedos, estructuras y tabúes porque es la evolución natural de los valores, miedos, estructuras y tabúes que nuestros antepasados de la sabana africana y luego los agricultores de la media luna fértil crearon.
Nuestra matrix actual es el ritmo frenético de crecimiento económico, deuda, especulación, aislamiento, daño al medio ambiente, ansiedad, depredación de recursos naturales y consumo de información. Es la sociedad que hemos construido por milenios y en la que vamos como un carro sin frenos. Las teorías de conspiración sobre reptilianos, Illuminati, estado profundo, Sionismo, Bill Gates, Las vacunas, el 5G, etc, etc, etc, todo eso es pura distracción que nos inventamos para no asumir la responsabilidad de nuestra propia creación. Para poder decir “son ellos” los culpables.
¿Difícil de aceptar? ¡Totalmente! La verdad siempre será más dura de tragar y menos entretenida que las historias de conspiración pero yo creo que la verdad siempre será mejor.
Si no he logrado convencerte de que la verdad está delante de tus ojos, puedes tomarte la pastilla azul, no volver por aquí y seguir viviendo en el mundo de fantasía que hemos creado. Si estás dispuesto a aceptar tu responsabilidad y acompañarme a tratar de encontrar la verdad, tómate la pastilla roja y te mostraré que tan hondo llega el hoyo del conejo.
Hacia donde vamos es una elección que te dejo a ti.
Chao