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T2E7: El Secreto Para Poner Fin al Sufrimiento

Última actualización el 2020-10-21

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Espiritualidad y Ciencia
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T2E7: El Secreto Para Poner Fin al Sufrimiento
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Hace dos semanas en este espacio conversamos sobre el origen del sufrimiento. La trágica historia de las familias Valdeblánquez y Cárdenas en Santa Marta nos sirvió de ejemplo del terror y muerte que sobrevienen cuando el apego y la identificación con ideas destructivas como el odio y la venganza se llevan al extremo. En el episodio de hoy voy a expandir un poco sobre el sufrimiento, acudiendo a ejemplos de otro tema que me apasiona, que es la historia mundial. Pero quédate porque después de la primera parte, viene lo más importante: La gran revelación que nos dejó el Buda: Cómo poner fin definitivamente al sufrimiento.

Comentaba en la primera parte, que aunque la historia de estas dos familias que se mataron mutuamente por decenas, nos puede parecer una locura a la que solamente podrían llegar personas con la mente enferma, la realidad es que muchas de las peores tragedias de la humanidad han comenzado con ideas que aparentemente tenían sentido, o con un propósito altruista, que en el camino se fue torciendo, complicando y al final, convertido en una pesadilla.

El «Eje del Mal»

Otro ejemplo válido, aunque ciertamente manoseado, podría ser la historia de la Alemania Nazi en cabeza de Adolf Hitler. Esos militares malignos que la cultura popular muestra como monstruos llenos de odio contra los judíos y sedientos de sangre, nos parecen infrahumanos, seres muy inferiores a nosotros moralmente. Sin embargo, lo cierto es que incluso ellos en algún momento fueron víctimas de las circunstancias y trataron simplemente de hacer lo correcto por su pueblo.

Espero que no te sientas ofendida u ofendido por esta afirmación y si así fue, por favor sigue escuchando para explicar mejor mi punto.

El mundo a principios del siglo XX era muy diferente al que tenemos hoy en día. En todo el mundo existían todavía muchos reinos, imperios y colonias. El Reino Unido y Francia se habían aliado para continuar expandiendo sus colonias alrededor del mundo, a expensas del declive del imperio español. En ese contexto, Alemania, que había pasado el siglo anterior tratando de consolidarse como una nación después de la disolución del Santa Imperio Romano por las guerras Napoleónicas, sentía que tenía el mismo derecho que el Reino Unido y Francia de expandir su territorio y colonizar regiones del mundo que no estuvieran ya bajo el yugo de otros imperios.

El problema de Alemania era que los otros imperios le llevaban una enorme ventaja en su posicionamiento como potencias coloniales y se daba por sentado que Alemania era un imperio emergente que no tenía el mismo derecho. Por eso, cuando el emperador Wilhem II asumió el trono y decidió meterle el acelerador a las aspiraciones imperialistas de Alemania, los otros imperios se pusieron en alerta y empezaron a ver a Alemania como un enemigo común.

Se sabe que hubo una cantidad de causas para que estallara la primera guerra mundial, pero un factor muy importante era que Alemania estaba creciendo industrialmente a un ritmo mucho mayor que el de las otras potencias europeas y no hacía parte de la “rosca” como decimos en Colombia. En ese momento Alemania solo tenía como su aliado al imperio Austro-Húngaro y quería defender su derecho a ser una potencia igual que el Reino Unido y Francia.

Recordemos que estas dos naciones no eran precisamente conocidas por su respeto por la vida y el derecho internacional. Napoleón había invadido casi todo el terreno de lo que sería Alemania y el Reino Unido había iniciado una guerra en contra de la dinastía Qing de China defendiendo el derecho de los comerciantes británicos a inundar de opio el Cantón chino. Esto es como si el gobierno de Colombia le declarara la guerra a EE.UU por impedir el ingreso de cocaína en su territorio.

Lo cierto es que Alemania tenía todos los argumentos que justificarían su posición en la primera guerra mundial. Los aliados ganan la guerra y entonces a Alemania no solamente les toca comerse sus intenciones imperialistas, sino que además los vencedores les imponen el tratado de Versalles, que incluso hoy en día la mayoría de los historiadores considera una humillación para Alemania y una innecesaria provocación de resentimiento en el pueblo alemán. Entre las cláusulas del tratado está que Alemania debería declararse culpable de todos los daños y pérdidas sucedidos durante la guerra. Los alemanes también tu vieron que ceder una gran cantidad de territorio que ya les pertenecía y reparar económicamente a los países vencedores con una cantidad tan exorbitante que causó una depresión económica en Alemania que les trajo hambre, muerte y desesperación.

Imagínense ustedes que con esos antecedentes, aparece un líder valiente, enérgico y carismático que promete ponerle un alto al sufrimiento, recuperar el honor del pueblo y asegurar un futuro de prosperidad. Personas buenas e inteligentes como tú o como yo fueron a las urnas con el corazón en la mano, con la esperanza de un futuro mejor para sus hijos y eligieron a Adolf Hitler porque parecía ser la persona con el carácter necesario para lograrlo.

¿Qué pasó después? Bueno, cuando se le firma un cheque en blanco a alguien que no tiene la capacidad moral o intelectual, lo único que no se puede esperar es que lo devuelva, un líder-mesías elegido para traer la salvación va a gastarse hasta el último centavo de ese cheque y hasta las últimas consecuencias. Hitler es el caso más famoso, pero no el último y ni siquiera el que más muerte ha causado.

Es fácil mirar con el espejo retrovisor a Hitler, Stalin, Mussolini, Nixon o Hussein y pensar que eran gente malvada, con el corazón podrido y no gente buena como nosotros. La realidad es otra, esos líderes fueron impulsados, apoyados y mantenidos en el poder por gente como tú y yo. Esas personas en algún momento quisieron hacer el bien por su gente, por su país y cuando se montaron sobre el tigre del poder, ya no lo pudieron controlar.

Uno se pregunta cómo es que había gente buena que apoyó a esos líderes hasta el final. Bueno, como lo dije en el episodio anterior, solemos apegarnos a las decisiones que hemos tomado. Es muy difícil reconocer que hemos fallado y tomar un camino diferente, sobre todo cuando hemos invertido ya mucho tiempo, esfuerzo o dinero en algo.

Cuántas veces no nos pasa que nos obligamos a comer algo que no nos gustó, a terminar un libro o una película o ponernos una prenda de ropa que detestamos solamente porque ya pagamos por ello. Pues la historia está llena de líderes que han mandado a miles a morir a guerras inútiles solamente porque no son capaces de reconocer que se equivocaron y dar marcha atrás.

Eso fue lo que descubrió el buda sentado debajo del árbol de brevas; que la causa del sufrimiento son el apego y el rechazo: apego a las sensaciones agradables y rechazo a las sensaciones desagradables. Vimos que el apego y el rechazo o “sank-aras” surgen en la mente de forma automática como respuesta al juicio inconsciente que hacemos cada vez que percibimos sensaciones internas o externas.

Todo sufrimiento puede rastrearse a un sank-ara, incluso una enfermedad física porque ninguna enfermedad produce sufrimiento. Hay enfermedades físicas que producen dolor, debilidad, discapacidad, etc. Pero muchos pacientes que las padecen eligen enfocarse en la vida, aceptar su enfermedad, tolerar el dolor, superar las limitaciones y vivir su vida con la mayor felicidad que puedan.

El caso de las enfermedades mentales es diferente y creo que merecen un análisis más detallado en otro episodio, peor por ahora, solo diré que el camino de la espiritualidad requiere de una única herramienta en buen estado y es nuestra capacidad cognitiva. Una persona con depresión profunda, ansiedad crónica, esquizofrenia o trastorno bipolar no puede simplemente “pensar de forma diferente”, meditar media hora al día y practicar el budismo para curarse. Hay enfermedades que limitan la propia capacidad del cerebro para relajarse, para sentir placer e incluso para comprender la realidad.

La espiritualidad sí que puede ayudar a personas con estas condiciones a mejorar notablemente y vivir una vida más plena, pero en muchos casos, cuando lo que hay es un desbalance químico en el cerebro, se requieren las ayudas de medicamentos y otras terapias para poder ahí si empezar el camino de la iniciación.

El fin del sufrimiento

Con lo cual llegamos a la parte más importante de este episodio. ¿Cómo podemos romper el ciclo del dukkha, el sufrimiento causado por el apego y el rechazo? Como siempre hay muchas técnicas y caminos para lograrlo, pero cualquiera que sea el que elijas, lo fundamental es que ese camino te ayude a permanecer anclado en el presente.

Muchas religiones y sectas ofrecen el fin del sufrimiento con base en entregar tus problemas o tu carga a una divinidad o a un líder. La espiritualidad te ofrece el fin del sufrimiento atacando la raíz del mismo. La iniciación te dice que no hay ninguna forma de controlar lo que pasa a tu alrededor: No puedes cambiar el pasado, no puedes cambiar las circunstancias a tu alrededor, no puedes cambiar a las personas que te rodean. Pero sí puedes cambiar la forma en que tu mente procesa ese pasado, esas circunstancias y esas relaciones.

Piensa en el camino de la iniciación como un entrenamiento de artes marciales. Un maestro de Karate o Kung Fu te va a enseñar a centrarte, a controlar tu mente, a observar con atención completa a tu oponente, a tus alrededores. Te enseñará a leer los movimientos de tu adversario antes de que ocurran y responder con el movimiento más eficaz para tu tamaño y nivel de fuerza.

Ningún arte marcial te va a decir que debes tener fe en el dios del Kung Fu y que él te dará la fuerza para vencer a tu oponente. Tampoco te dirá que debes entregarle tu lucha a tu sensei y que él peleará por ti. Tampoco te ofrecerá un pergamino sagrado que si aceptas con el corazón te convertirá en cinturón negro.

La espiritualidad es menos como una religión y más como las artes marciales o el deporte de alto rendimiento. Tienes que empezar con ejercicios simples, repetitivos, a veces incómodos, que pareciera que no te van a llevar a ninguna parte. Lo que te pide la Iniciación es disciplina para mantenerte en el camino y creer en tu propio poder para convertirte en eso que quieres lograr. Te exige que te hagas responsable de tu propio proceso y que te comprometas a levantarte cada vez que te tropieces en tu camino.

El guardián del umbral

Con lo anterior te quiero mostrar cómo será el trabajo una vez que hayas iniciado el camino: pequeños pasos constantes, técnicas que al principio no vas a entender o no vas a ver que funcionen inmediatamente y disciplina para mantenerte a pesar de las dificultades que se presenten, porque con seguridad se van a presentar. No hay un gran secreto que se te vaya a revelar cuando llegues a un nivel superior. Esto es todo, un entrenamiento de la mente para cambiar la forma en que funciona y deje de ser un obstáculo para convertirse en una herramienta a tu favor.

Pero hay algo que tienes que saber. La iniciación no se les entrega a todos los postulantes. No importa lo mucho que quieras salir del sufrimiento, para recibir la iniciación primero debes vencer al guardián del umbral. ¿Qué es el guardián del umbral? Es una prueba que debes pasar para poder empezar el camino. Es un obstáculo que a todos los aspirantes se les presenta para determinar qué tan decididos están en dejar atrás la vida de sufrimiento.

¿Cuál es ese obstáculo tan terrible? Se llama la culpa: Los seres humanos tenemos la compulsión a buscar culpables por todo lo malo que nos pasa y el culpable casi nunca es uno. Pero además, cuando creemos que somos los culpables, entonces la culpa nos paraliza y nos mete en un calabozo de autoflagelación del que es todavía más difícil de salir que del calabozo de culpar a los demás.

Parece algo sencillo, pero no lo es en absoluto. Esas culpas son tres las cabezas de cerbero, el monstruo con forma de perro que protege las puertas del inframundo: Las culpa hacia sí mismo, la culpa hacia los demás y la culpa hacia las circunstancias.

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La única forma de vencer este guardián del umbral es la Autorresponsabilidad. Quiere decir, la capacidad de aceptar que tú y solamente tú eres la única o único responsable de lograr la felicidad. No importa que tu jefe sea racista o misógino, o que tu pareja sea infiel y maltratador, o que tu mamá te haya negado el cariño y la guía toda tu infancia, o que te hayan violado cuando niño, o que te encuentres sin dinero ni trabajo. Tampoco importa que tú hayas sido infiel o abandonado a los tuyos, o que tengas una adicción que no has podido vencer.

Nada de eso importa porque quien haya causado el daño por el que sufres, ya seas tú, otra persona, o las circunstancias de la vida, no cambia en lo absoluto ni lo que estás sintiendo ni lo que tienes que hacer para resolver esa situación. Como dije antes, la culpa, sea cual sea te paraliza y te aleja de la solución. El único camino posible para salir del sufrimiento es asumir el 100% de la responsabilidad de tu sanación y de la construcción de tu futuro.  Si no estás dispuesto a aceptar esa responsabilidad, entonces aún no estás listo para iniciar el camino.

¿Qué puedo hacer si aún no puedo superar la culpa?

No estar lista para iniciar el camino, no quiere decir que te tengas que resignar a no hacer nada. La autorresponsabilidad es una decisión personal, no una convicción. Me explico: No tienes que creer que asumir la responsabilidad de toda tu sanación es el único camino, tienes que decidirlo. Es decir, aún si existen otros caminos, aún si es posible que tu pareja cambie, que tu suerte mejore o que Jesucristo te salve, tú has decidido hacer los cambios que tengas que hacer dentro de ti y no depender de nadie ni de nada para lograrlo.

Pero aún sabiendo que es una decisión, para muchas personas es muy difícil dejar de estar culpando a otros por lo que les pasa o castigarse continuamente por una mala decisión en el pasado. Entonces se requiere ayuda. Si este es tu caso, entonces busca ayuda: Puedes hablar conmigo si así lo deseas, puedes hablar con alguien que conozcas que haya recorrido un camino espiritual y veas en su vida la armonía que quisieras lograr. Yo personalmente encontré en el yagé la herramienta más poderosa de transformación de mi visión de la realidad y es muy posible que también te pueda servir a ti para vencer al guardián del umbral. Si no has escuchado la narración de mi primera experiencia con el yagé, te invito a escuchar el episodio T2E4: Muerte y Renacimiento en el Yagé.

Finalmente, si no logras conectarte con ninguna de esas herramientas, sigue buscando, pídele a tu sabiduría interior que te muestre el mejor camino para ti y permítete descubrir el libro con el que millones de personas en todo el mundo han encontrado la clave para creer definitivamente en el camino de la autorresponsabilidad. Este libro se llama El poder del Ahora.

El Poder del Ahora

El Poder del Ahora es un libro escrito en 1997 por el alemán-canadiense Eckart Tolle. Es posible que ya hayas escuchado hablar de ese libro porque es un best-seller mundial y aún hoy en día es referenciado por muchos famosos que han encontrado en sus líneas una guía para descubrir el poder sanador de vivir anclado en el presente y entender que cada uno de nosotros es el único responsable de la construcción de su destino.

EL PODER DEL AHORA – Dinero en Sandalias

El libro te va a mostrar muchas perspectivas, incluyendo algunas científicas, religiosas y pragmáticas para comprender por qué nuestra mente es tan propensa a buscar culpables por encima de buscar soluciones. También narra con ejemplos prácticos de la vida diaria, las formas en las que el mundo moderno y nuestra propia mente nos distraen del presente y nos llevan a vivir en el pasado y en el futuro, allí donde no tenemos ninguna posibilidad de acción.

Una vez que has entendido este concepto simple pero poderoso, tu vida va a cambiar radicalmente. No es que vayas a cambiar de forma de actuar por arte de magia, pero vas a aprender a reconocer inmediatamente los momentos en que estás evadiendo el presente y perdiéndote en el pasado o fantaseando con el futuro. También vas a detectar sobre la marcha las situaciones en las que te ubicas en la posición de víctima delegas a otros la responsabilidad sobre tu futuro.

Dice Mara, mi maestra, que la depresión es exceso de pasado y la ansiedad es exceso de futuro y una de las primeras cosas que me enseñó es un truquito que practico con frecuencia y hoy te lo voy a regalar a ti: Cada vez que te descubras embelesado en recuerdos que te atormentan o planeando futuros inciertos, maquinando sobre posibilidades que te desarmonizan, entonces con el dedo índice y corazón de tu mano, date tres golpecitos secos en la coronilla. Mientras lo haces, le ordenas a tu mente volver al aquí y ahora.

Se abren las puertas del Reino

Si has recorrido el camino del que hemos venido hablando, reconoces que vives una Matrix que oculta la realidad y te mantiene esclavizado, te has cansado del sufrimiento constante en tu vida y quieres alcanzar un estado de paz interior. Si además de eso has decidido que tú eres la única persona responsable por lograr esa paz y felicidad y comprendes que no hay nada para ti en el pasado ni en el futuro, entonces has recibido tu primera iniciación de los misterios mayores. Ahora eres una persona de conocimiento y puedes comenzar el recorrido del Buda, de Jesucristo y todos los demás iluminados.

Déjame repetir algo: no hay ningún secreto. La verdadera espiritualidad no esconde nada. No hay poderes místicos aguardándote a los 7 años de recorrido ni un pergamino misterioso con verdades supremas que vayas a recibir como una graduación. Sí que hay muchos misterios que vas a develar, muchas experiencias místicas que puedes vivir y sabiduría que vas a obtener, pero ningún iniciado te las puede ofrecer ni va a revelártelas, más que como una anécdota personal sin ninguna importancia en tu caminar.

La única revelación universal que te espera al otro lado es la única que verdaderamente importa: Eres inmortal en el eterno presente. No existe nada más que el aquí y el ahora, no existe nadie más que tú propia consciencia. Si no es aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo? Si no soy yo, ¿Quién?

¿Qué debes hacer ahora para iniciar tu entrenamiento? No lo sé, hay muchos caminos y todos llevan al mismo destino. Puedes elegir el budismo, dejar tus posesiones e internarte en un claustro para buscar la iluminación a través de la meditación. Puede ser que tu camino sea el yoga y con las asanas, mudras y mantras te conectes con tu esencia interior. Puedes intentar el camino del yagé como lo hice yo durante 10 años o incluso convertirte en deportista de alto rendimiento, practicante de artes marciales, observación de aves o de artes plásticas.

Cualquier camino que te lleve a vivir en el presente y te centre en tu propio ser, es un buen camino. Lo importante es que encuentres un camino en el que tu corazón vibre y te facilite mantener la constancia durante el tiempo necesario.

En unos momentos te voy a contar cual es mi herramienta favorita, teniendo en cuenta que el yagé es solo una herramienta que requiere de toda una logística y condiciones específicas para que sea provechoso. Del yagé voy a hablar con más detalle en un próximo episodio donde voy a narrar muchas más perspectivas de mi experiencia personal. Pero antes, quiero recomendarte que leas autores espirituales con los que te conectes y disfrutes. Mis recomendaciones personales en este apartado son Osho, Khalil Gibran, Sadhguru, el Poder del Ahora de Eckart Tolle, que ya mencioné antes y Los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz.

Ten mucho cuidado con los libros de Gnosis, Esoterismo, Metafísica y Pseudociencia como El Secreto, los libros de chamanismo como los de Carlos Castaneda y libros “revelados” como el Libro de Urantia, Un Curso de Milagros y Conversaciones con Dios. No digo que sean malos, sino que tengas cuidado. De hecho, los he leído todos y de todos he aprendido y me he entretenido bastante pero también me he confundido mucho porque estos libros mezclan espiritualidad con religión, creencias mágicas sin sustento experimental y en algunos casos, dogmas peligrosos que los que luego puede costar bastante tiempo y esfuerzo deshacerse.

Leer es fundamental porque es la forma de enriquecer tu conocimiento a la par que vas entrenando tu mente con la disciplina que hayas elegido y vas despertando tu mente más y más a la realidad. En episodios posteriores pienso hablar en detalle de algunos de esos autores y sus obras y compartir mi experiencia personal con ellos, lo que aprendí, lo que me encantó y lo que me enredó. No como un juicio sobre esas obras sino como una opinión personal basada en mi propia experiencia.

¡Que todos los seres sean felices!

Bueno, finalmente voy a compartir contigo la herramienta más poderosa, junto con el yagé, que he encontrado en mi camino, pero que a diferencia del anterior, puedo usar en cualquier momento y en cualquier lugar. Se llama la meditación Vipassana.

Esta es una técnica de meditación creada por el maestro hindú S.N. Goenka o Goenkaji y se dice que se basa en la técnica que el propio buda Gautama utilizó para liberarse. Está totalmente enfocada en la disolución de los sank-aras, es decir, las reacciones de apego y aversión, a través del método simple de observar la propia respiración.

S.N. Goenka

Esta técnica se ha propagado por todo el mundo a través de centros de meditación que ofrecen un retiro espiritual de 10 días en los cuales aprendes la técnica de forma intensiva. Son 10 días de internado en el claustro, durante los cuales no tienes comunicación de ningún tipo con el mundo exterior y recibes alimentos en porciones pequeñas pero suficientes, para mantener al cuerpo en un estado de leve incomodidad. No puedes hablar con otros estudiantes y debes meditar entre 2 y 8 horas diarias, siguiendo la técnica que te enseñan desde la primera sesión.

La técnica en sí es algo muy simple. Debes sentarte en una posición cómoda y durante un periodo prolongado de tiempo dedicarte exclusivamente a observar tu respiración, nada más. Además, lo haces enfocándote en un área muy específica de tu cuerpo, normalmente tus fosas nasales. Tu mete se va a aburrir y va a tratar de distraerse con pensamientos y sensaciones incómodas pero el truco está en persistir y vencer esas dificultades hasta que la mente se obligue a obedecer y limitarse a observar la entrada y salida de aire en tus fosas nasales.

Al pasar de los días, vas recibiendo una conferencia diaria donde el maestro Goenkaji enseña lecciones de vida basadas en el Dhamma, o el código de recta conducta del budismo. Además, comenta sobre las dificultades típicas que enfrentan los estudiantes y va aumentando tanto la duración como la intensidad de la meditación para el día siguiente: La atención durante la meditación se enfoca entonces en un área más pequeña de las fosas nasales, por ejemplo, en la fosa izquierda, luego se pasa a un área más pequeña, tal vez una ventana de la nariz, luego otra más pequeña y así.

A medida que la meditación avanza, la mente es bombardeada con sensaciones agradables y desagradables: una pequeña experiencia mística, ¡qué agradable!, un dolor de espalda, hambre o aburrimiento, ¡qué desagradable! En todos esos casos, el maestro te dice: no importa, ignora esa sensación agradable o desagradable y sigue observando tu respiración.

Yo no he llegado a hacer el retiro de 10 días aún, aunque espero poder hacerlo algún día. Pero recibí como regalo de la Existencia las 10 conferencias del retiro y las he escuchado muchas veces, practicando de a poquitos, como puedo, como lo entiendo. Aún así, los resultados para mi han sido maravillosos. La meditación me ayudó durante mis episodios de ansiedad y tristeza, se convirtió en mi herramienta para aliviar el estrés y para prepararme para un momento importante como una entrevista o un examen.

Hoy te quiero hacer ese mismo regalo que recibí algún día y en la página donde se encuentra este episodio en mi website EspiritualidadYCiencia.com, he dejado los links a todas las conferencias. Si es tu voluntad, puedes descargarlas, escucharlas y darte la oportunidad de descubrir la medicina más poderosa y accesible que puedes encontrar: Tu propia respiración, aquí y ahora:

Discursos de 10 días de Meditación Vipassana

1. Instrucciones
2. Discurso Dia 1
3. Discurso Dia 2
4. Discurso Dia 3
5. Discurso Dia 4
6. Discurso Dia 5
7. Discurso Dia 6
8. Discurso Dia 7
9. Discurso Dia 8
10. Discurso Dia 10
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